Porque Tumblr es una mierda.
domingo, 16 de diciembre de 2012
Sangiovese, la razón para ir a Mataró
Ayer por la mañana me llegaba un email del restaurante Sangiovese
(@sangiovese31), uno de mis restaurantes favoritos del Mundo (si, del
Mundo). Al mismo tiempo, mi novia con una excitación brutal, me mandaba
un “Whatsapp” avisándome de si había visto la ultima publicación de
restaurante en Facebook. Esta publicación es el menú especial que sirven
en Nochevieja, lo podéis encontrar aquí. Se me hace la boca agua solo de leerlo.
Bien, no sera, ni de coña, el ultimo post que escriba sobre este
genial restaurante, ya que son tantas y variadas las experiencias allí
que, estaría horas para contarlas todas al detalle, y por otro lado, no
he probado ese Menú aun, así que hoy hablare un poco de sus lineas
generales.
El restaurante se encuentra en pleno centro de Mataró, no es difícil
de encontrar, aunque claro que Mataró no es una Megalópolis. Según
entras ya se ve que es un sitio con clase. Un recibidor con botellas de
Cava y Vino, silencioso y tranquilo. Te viene a recibir el dueño,
siempre sonriente y muy correcto te lleva a la mesa. Es un sitio grande
con mesas grandes y sillas cómodas. Esa es la primera cosa que me gusta,
ya que me jode un huevo esos sitios que ponen mesas de mierda donde te
cabe poco mas que el plato.
Desde el comedor hay una vitrina de cristal por la que se ve la
cocina y a los cocineros, una cocina limpísima y enorme. Destaca en el
medio una bodega con paredes y puerta de cristal, que se puede ver desde
todo el comedor, y donde tiene metida una selección de vinos
acojonante. Desde vinos asequibles a alguno de los mejores vinos que se
pueden encontrar normalmente, carta de vinos que ademas renueva y
mantiene al día.
El tío es un fenómeno de los vinos. Un servidor tiene paladar para
poder apreciarlos, pero cuando hay que meterse en materia, poca idea
tengo de uvas, taninos, madera, arcillas y esas cosas (aunque me
gustaría aprender claro), y no te digo ya después de 3 o 4 copas cuando
la lengua empieza a tropezar consigo misma a la hora de intentar hablar.
Sin embargo, siempre que vamos, dada la complejidad y lo variado de los
menús, siempre le pedimos que nos aconseje un vino que encaje con el
menú, y le damos un rango de precios para orientarlo, ya que no somos de
la familia Botín, precisamente. Y el tío siempre, pero es que siempre,
la clava con el vino. No falla. Ademas primero te pregunta tus vinos de
referencia, los que te sueles pedir, y de ahí el saca algo, y siempre
acertado. He descubierto vinos muy buenos gracias a mis visitas a este
sitio.
En general el servicio es correcto. No es nada cargante ni te miran
por encima del hombro como pasa en otros sitios de cierto nivel (lo del
nivel, se supone claro). Ademas, son accesibles para hablar con ellos,
de hecho cuando vamos nosotros, por eso de que ya nos conocen, solemos
hablar un rato. Pero es lo justo. Nos saludan, hablamos y nos dejan
disfrutar de la comida plenamente y a nuestro aire, y siempre, pero
siempre te preguntan que tal ha ido. Y digo esto porque, hay pocas cosas
que me jodan tanto en algunos restaurantes, como que el camarero o el
encargado, o el dueño, o quien coño sea, se exceda en su confianza, te
de la brasa y no te deje comer en paz. A mi a veces me dan ganas de
decir:
- Oye, no te puedes ir a tomar por el culo y dejarnos en paz de una puta vez?!
No lo digo, claro, fuerzo la sonrisa y me callo. Sea como sea, no tendréis este problema en el Sangiovese.
Mas cosas, vajilla y copas de mucha calidad. La vajilla siempre le da
a los platos una presentación que los hace mas apetecibles aun. Y las
copas de vino son grandes y finas. Es ademas uno de esos sitios donde
ellos te van rellenando la copa y dejan la botella en otra otro sitio.
Tener por seguro que nunca te faltara vino, solo hay que tener cuidado
en no beber con mucha ansia porque cuando te das cuenta ya te pimplaste
la primera botella y tienes que pedir la segunda. Aun recuerdo uno de
los días que fuimos a comer un Menú Festival, y sin darnos cuenta nos
acabamos bebiendo dos botellas de Pago de Carraovejas. Para dos. La
vuelta a casa nunca fue tan divertida.
Comida. Ademas de la carta, suele haber dos menús especiales, uno de
temporada y otro llamado Menú Festival. El primero suele ser un poco mas
asequible al bolsillo dependiendo del menú, y el segundo, como su
propio nombre indica, es un festival absoluto. Por nombrar dos menús de
temporada habituales cada año, El de “Temps de Barrets” y la
“Pessolada”, los de productos típicos de la zona o la tierra,
especialmente la Pessolada, y que suelen ser temáticos, es decir, varios
platos con un ingrediente base, en el caso de la Pessolada, los
guisantes (de Llavaneras creo). Como singularidad destacare que Al
Fartón que escribe este blog, solo hay dos cosas que le dan verdadero
asco de la gastronomía española, una son los Caracoles, y otra los
guisantes. El vomito esta garantizado si me lo hacen comer. Anda que no
he echado horas en esta vida separando los guisantes de la Ensaladilla
Rusa de mi madre (que por cierto esta de escándalo). Como es posible
pues, que me haya comido un menú solo de Guisantes y este deseando
repetir? Pues no lo se, pero alguna de las claves seguramente sea la
gran calidad del producto que esta gente utiliza en su cocina, y el arte
que ponen para jugar con los sabores y las texturas.
Y que decir del Menú festival. Normalmente 13-15 platos variados, con
una elaboración costosa y cuidada, tamaño adecuado, y que todos ellos
son platos de alta cocina. En muchos de sus platos se ve la influencia
del Bulli, es decir, que ademas hacen cocina de vanguardia, cosa a tener
en cuenta para quienes disfruten de esta característica. Ingredientes
de primera calidad, no hay mas que oleros y probarlos. Suelen rematar
ademas con unos dulces que acompañan los cafés que le encargan a alguna
de las mejores confiterías de Mataró.
Pero para mi, la estrella (o las estrellas) de los Menús del
Sangiovese, son dos menús especiales que se hacen una vez al año, menú
de la Trufa Negra y menú de la Trufa Blanca de Piamonte. Sencillamente
A-CO-JO-NAN-TES. La ultima vez que estuvimos allí, la Chef, Pepi
Sanchez, que dicho sea de paso, suele salir a hablar con los clientes
para recoger las impresiones los menús, nos dijo que este año parecía
que estaba difícil el tema de la trufa, que escaseaba, esperemos que la
cosa mejore y podamos disfrutar de estos dos menús, para mi dos clásicos
de cada año.
No voy a hablar en detalle de cada menú, me guardo ese As para la
próxima vez que vaya contarlo con todo lujo de detalles y tener la mente
fresca para poder transmitirlo todo.
Siempre digo que tengo que ir a comer solo de Carta. Pero veo cuando veo los menús, no me puedo resistir.
Ademas de lo que se puede comer, también preparan menús para llevar
en determinadas ocasiones al año. Generalmente fiestas navideñas y Sant
Joan, una fecha muy especial en Cataluña. Alguna vez los hemos
encargado, y el nivel es prácticamente el mismo. Lo preparan todo en
envases especiales y te dan instrucciones precisas de si hay que
calentar algo, o lo que sea. Suelen ser todos geniales. Una muy buena
opción para una cena o comida en tu casa si no quieres cocinar. Ademas
de precio, yo considero que están muy bien. Se pueden ver en la pagina
web.
Ademas, una cualidad a resaltar, que no tienen muchos otros sitios,
es un espíritu de promoción de su comida que hemos podido ver estos
últimos meses. Ante una crisis tan brutal que tiene a mucha gente en
casa comiendo migas de pan, han decidido ofrecer, muchos y variados
menús a unos precios muy asequibles, para todos los públicos,
acompañados ademas de vinos a muy buen precio. Vamos que, no se arrugan,
son unos restauradores de nivel.
Resumiendo, sitio correcto, con mucha clase, comida excepcional,
trato excelente (y mas cuando eres cliente frecuente como es mi caso), y
en el que puedes cenar por un poco mas de lo habitual, y con una
relación calidad-precio que no he visto en ningún otro sitio. Ya que lo
normal en cualquier zona de España, por una comida similar, no bajaría
de los 200 euros como poco con un vino medio, y aquí con un vino muy
correcto podrías cenar por aproximadamente la mitad. Y otra cosa, en
cuestión de cantidades no hay problema. Saldrás rodando. Recomendable
para aquellos que les guste la comida de cierto nivel y de vanguardia,
así como los platos elaborados y creativos.
Nos vemos en el Sangiovese!
Exquisito sablazo en Lumière
Todo español con un mínimo de paladar y mundo sabe que, cuando
se sale de España y se quiere comer o cenar hay que estar preparado para
dos posibles eventualidades: que no encuentres comida de tu agrado, y
que la minuta te deje la tarjeta temblando. Si hablamos concretamente de
Suiza, lo primero no pasa tanto, pero al contrario hay un exceso de lo
segundo, especialmente en lo referente al precio del vino (no tanto de
la cerveza).
El pasado Sábado 8 de Diciembre salimos a cenar en Zürich
bajo una intensa nevada. Y como somos de “pico fino”, buscamos un sitio
bueno, es decir, caro (bueno, caro para el estándar español, ya que
aquí en Suiza, gastarse 200 eurazos en cenar es “pecata minuta”.
Bien, el restaurante elegido fue Lumière,
un restaurante francés con una fusión argentina (que no entendí muy
bien); de tamaño medio y en la zona antigua de la cuidad, que tenía
bastante buena pinta. Fundamental la reserva un Sábado noche en Zürich,
especialmente en un buen local, si no te iras a cenar a tu casa
seguramente. Llegamos puntuales y nos sentaron rápido. Un sitio muy
bonito, con una decoración sobria y clásica que hacía un ambiente
acogedor. Sin embargo nos sentaron en una mesa raquítica que hacia
esquina, y debajo de la cual mis rodillas y enormes pies no hacían otra
que chocar con las piernas de mi novia, cosa que una vez en casa y
puestos en “faena” está muy bien, pero que para estar a gusto cenando me
toca las narices bastante, vamos que me sentí como cuando uno se sienta
en el asiento de una Low-Cost.
Los camareros, muy atentos y correctos
durante toda la velada, mitigaron mi mosqueo por esa sensación
claustrofóbica. Nos trajeron las cartas, todo tenia una pinta genial.
Una carta ni larga ni corta, muy clara y en la que todo era apetecible. Y
aquí el detalle que más me llamo la atención de la noche, al final de
todo detallan de donde proviene cada carne y adjuntan una serie de
características:
Digamos que flipé con el hecho de
que te digan que una de las carnes que sirven puede llevar hormonas y
otras mierdas. De que se trata? Come la carne Suiza y no te comas la
Argentina? Si es así pueden hacer dos cosas, o bien no sirves carne
Argentina, o bien ponla más cara, pero en ningún caso digas que puede
ser como pegarle un bocado al cerebro de Rafa Mora. Vamos digo yo. No
obstante, consulté el tema por la red social con un reputado chef
Español, y me dejo claro que es posible que esto se deba a un tema de
normativa. Y oye, de ser así, me parece cojonudo, pero yo personalmente,
si fuera el dueño, ante la disyuntiva de vender carne tratada con todo
tipo de mierda poniéndolo en el menú, o no venderla, opto por lo
segundo.
Dicho esto nuestra elección
fueron dos primeros y dos segundos. Primero unos langostinos a la
plancha con una salsa especial para mi novia, y para mí una ensalada de
Brie fundido con una vinagreta de frambuesa, acompañado de unas copas de
Celeste, un Ribera de Duero muy recomendable. Tanto los langostinos
como la ensalada de Brie, estuvieron exquisitos. Los langostinos eran
grandes, carnosos y estaban bien pasados. No tenían nada de arena y los
sirvieron ya pelados. Y qué decir de la ensalada. Si, vale, era una
puñetera ensalada, de Brie, nada de otro planeta, pero tenía una
vinagreta de frambuesa sencillamente brutal. De hecho estaba tan buena
que si me la traen en un cuenco me la como a cucharadas.
De segundo pedimos
dos platos de carne. Mi novia se pidió un corte de carne sin hormonas
cocinado con trufa negra, bien pasado (un pecado en mi opinión), y yo me
pedí la especialidad de la carta, el Solomillo “Cafe du Paris”, y lo
pedí al punto. Un señor plato. Bueno, la carne con trufa estaba de
escándalo, pero el festival fue mi Solomillo. Un plato servido en una
cazuela caliente, y que se compone de una carne a la brasa y fileteada, y
que a su vez cocinan un rato al horno con una salsa tipo bechamel con
un toque de hierbas aromáticas, un de ellas Romero, ingrediente que no
se ve mucho y que, si se sabe combinar en su justa medida de la a los
platos un toque muy sabroso. Ambos platos acompañados de un puré de
patatas muy cuidado, cremoso y ligero, combinación perfecta para dos
platos contundentes.
Las raciones de
los primeros y los segundos fueron muy generosas, tanto que, un
“tragaldabas” como yo que le va el dulce como pocas otras cosas en la
vida, no fue capaz de pedir postre, aunque reconozco que tuve unos
segundos de duda sobre si me hubiera metido la Creme Brulee o no.
Felices
como perdices pedimos la cuenta, y ahí es donde vino el escozor. Por
qué? Pues por los 200 francos de la minuta. Así en frio, suena a sablazo
de los buenos, pero con un poco de perspectiva, teniendo en cuenta
aspectos como el país, la cuidad, el restaurante, y sobre todo lo
tremendamente bien que comimos y lo bien que fuimos atendidos, no me
dolió pagar dejando una buena propina.
Resumiendo,
sitio de calidad y recomendable, no apto para aquellos que miren
demasiado la peseta, y muy apto para los que saben apreciar los detalles
de una comida de calidad, y el exceso de sinceridad en la carta.
Solo un consejo, si os da por ir, aseguraros de que no os pongan en puta mesa de la esquina.
Que aproveche!
Nace El Fartón
A mis 32 castañas, he llegado a la conclusión de que comer, es uno de los grandes places de la vida, en ocasiones mayor que el sexo,
de los realmente grandes. Al menos de la mía. Disfruto con cada bocado
de cada plato que me gusta, con cada sorbo de vino, con cada rato de esa
experiencia que muchos infravaloran, comer.
Son muchos ya los años y los sitios en los que uno lleva comidas,
unas buenas y otras para salir corriendo. Restaurantes de lo mas variado
he visitado, desde el Kebab mas grasiento al Bulli. Y son esas
experiencias y las futuras las que me animan a abrir este espacio.
Comer en casa o comer fuera me gusta, hay un momento para cada cosa.
Una comida familiar en casa de tus tías las del pueblo o un Solomillo al
Foie acompañado de un buen Ribera del Duero? Pues es como si te
preguntaran si quieres mas a Papa o Mama, difícil de decidir.
Como ademas de Fartón, tiendo a ser pesado con los temas que me
apasionan, abro este blog con la intención de darle “la brasa” a todo
aquel que se la quiera dejar dar con las humildes opiniones mundanas de
un servidor.
Esta pagina no aspira a ser una critica gastronómica a nivel
profesional, ni tampoco aspira al virtuosismo del debate sobre la Alta
Cocina. No es mas que un espacio para compartir experiencias en
restaurantes, hoteles, casas y eventos relacionados con el acto de comer
y disfrutar de la experiencia gastronómica en todas sus variantes.
Se admiten todos los formatos. Cena “elegante”, de negocios, Menú del
Día, Barbacoa, Espicha, Tapeo, Degustación, Cata, Pic-Nic, Merendero,
Fondue, Caçotada, Buffet, etc.
Se admiten buenas y malas experiencias, se admiten acuerdos y
discrepancias, primeras y segundas oportunidades, dulce y salado, frio y
caliente, con y sin alcohol, es decir todo aquello que le agrade al
autor y a aquellos que quieran aportar información adicional.
En este espacio, preferencia no es necesariamente indicativo de “algo mejor”.
Así pues, a comer se ha dicho!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)