domingo, 8 de junio de 2014

El Fartonómetro

Hola muchachada. Toca post. Últimamente tengo muchas peticiones. Que si "oye tío, escribe de esto y de lo otro". Es imposible atender a todas. Sin embargo, ya son varias personas las que me han dicho que debería de estandarizar cada lugar y experiencia gastronómica con un nivel determinado. Y cierto es, que para ser justos deberíamos de establecer un rango "Fartónico", uno cuyo criterio se base en hechos, y en lo que me salga a mi de los huevos claro, que para algo es mi blog.

Por lo tanto, en el post de hoy no hablaremos de ninguna experiencia concreta, si no que estableceremos el que será, a partir de hoy, el baremo para medir aventuras de gordura o vómito, de éxtasis o bajón, de volver o de prenderle fuego al garito. Quizás así, algún día, los restaurantes pongan la pegatina del Fartonómetro al lado de la de Trip Advisor o la Guía Michelin, quién sabe.

Bien, para ello es necesario establecer las variables que a todos nos importan de un Restaurante. Y que es lo primero en lo que se fija un gordo quisquilloso de "pro"? Pues en el garito. Hay sitios que nos enamoran nada más entrar. Buen ambiente, buen olor, mesas espaciosas, limpieza, orines dentro de la taza y no fuera. Ya sabéis, todo bien. Sin embargo hay otros en los que nada más entrar ya dan ganas de echar a correr. Paredes pintadas cuando Franco aún tenía flequillo, suelo lleno de mierda, más aceite en la carta y en el pelo de la camarera que en la cocina, moscas, y el típico "maitre" cerdo con sobacada amarilla en una camisa blanca. Un drama vamos.

Así pues, El Fartonómetro define 4 niveles para el local donde nos dan de comer y nos atienden:

Nivel 1. Lujo Hindú. En este caso se trataría de un local en el que todo es perfecto. Ni un gramo de mierda en toda la sala. Baños de esos en los que te ponen toallas que usas y tiras en un cesto. Mesas amplias y sillas cómodas, con manteles de tela limpios y una mesa perfectamente colocada. Y el ruido justo para disfrutar de la cena.

Nivel 2. Huele a limpio. Sitio correcto, con buen olor y buena presencia. No es un palacio pero te sientes a gusto. Es posible que tenga las mesas demasiado pequeñas, o que el ambiente sea ruidoso para el tipo de restaurante que es. Sea como fuere está bien.

Nivel 3. Preocúpate un poco. Aquí ya pasamos a que no nos mole. Humedades y alguna miga en la silla que si no quitas te la llevas puesta en el culo. No es que de asco absoluto, pero ya ves que la imagen no la cuidan mucho. Les da igual tener una tela de araña en una esquina, o haciendo juego con la típica red de pescadores que vemos en las típicas tascas marineras. O huele a fritanga que tira para atrás por ejemplo. Vamos, ese "feeling" de, "más vale que se coma bien, porque si no.."

Nivel 4. Asco absoluto. Nivel más bajo. Tan chungo que entras pero igual no llegas a sentarte y te piras. Puto asco en todos los aspectos. Te manchas hasta con el aire que se respira. El olor a sudor del dueño se huele desde fuera. La carta la usaron para limpiar la barra. Y para mear si eres mujer, hay que echarle dos Ovarios del tamaño de balones Etruscos. Lamentable.

Pues bueno, ya tenemos la primera variable. Y que es lo siguiente en lo que un buen Fartón o Fartona se fija? Pues en el servicio (que no las letrinas). Los camareros, "maitre", cocina, etc. La peña que trabaja en el Restaurante y como organiza el trato al cliente. Y es que hay pocas cosas que me toquen tanto las pelotas como un servicio faltoso, borde o inútil.

Así pues, El Fartonómetro define 4 niveles para el servicio del restaurante en su conjunto:

Nivel 1. Que majos tu! Aquí el servicio es de 10 sobre 10. Eficiencia, educación, presencia, y trato correcto sin llegar a cansar. Porque para hablar con peña cansina ya tengo cada semana las reuniones de Alcohólicos Anónimos eventos aburridos regularmente.

Nivel 2. Se les perdona. Este tipo de servicio, aunque se lleva el aprobado, tiene alguna carencia que debe mejorar. Pueden ser un tanto lentos, confundirse con las cosas, olvidarse alguna vez de determinados detalles, o ser un poco chapas, es decir, te cuentan su vida y tal, pero sin llegar a irritar demasiado. Generalmente suelen compensar los defectos con las virtudes y dejarte contento. 

Nivel 3. Ya les vale! En este caso ya empieza el faje. Son generalmente un tanto inútiles. Pasan de ti con facilidad y suelen venir a tu mesa a preguntar si necesitas algo con menos frecuencia de la que yo tengo para salir a correr. En esta categoría también incluyo el servicio tremendamente estirado y clasista. Ya sabéis, esos que te miran de arriba a abajo según entras y te toman la medida. Los pijos de toda la vida a los que matarías. A esta gente que da especial asco, y además, yo tengo el culo para sentarme, no para que me lo laman.

Nivel 4. Su puta madre. Catástrofe. Posible hoja de reclamaciones. Bronca. Insultos. Olor a pis. O bien tardan dos horas, o pasan de ti como de la mierda o son unos bordes del quince. En conjunto te cagarías en sus muertos y si les ves por la calle les mirarías mal. Son ese tipo de gente que, o bien se la pela que vayas o no vayas, que comas bien o no, o de los que no estas seguros si te escupieron en el plato o no.

En este punto, uno ya sabría dos cosas muy importantes. Servicio y local. Si aún seguimos sentados toca opinar de la comida. Aqui intervienen varios factores. La oferta en la carta, calidad de la comida, la cantidad, elaboración y Carta de Vinos, son los puntos clave.

Así pues, El Fartonómetro define 4 niveles para la pitanza:

Nivel 1. Orgasmo. Algo como lo experimenta Homer con la Costiburguer.


Comida genial en todos los aspectos, sea cual sea el tipo. Ingredientes de calidad, raciones generosas y perfectamente calculadas, todo hecho en su punto. Sabores combinados a la perfección, y una carta de vinos hecha a medida de la carta.

Nivel 2. No está mal. Salimos contentos, las raciones estuvieron bastante bien y estaba casi todo rico. A veces hay algún plato que pincha, o te meten algún gol con la carta. Otras veces te meten comida un tanto pretenciosa y la cagan. En general la comida gusta, pero no es de La Parra.

Nivel 3. Bah! Pues eso, bah! No mata. Esperabas mucho más, o simplemente esperabas que no fuera una mierda. Raciones mediocres, pescado seco, platos insípidos, cuatro vinos de mierda. La típica comida por la que no saldrías de casa a disfrutar. O la típica comida que esperabas que fuera de la leche, y resulta ser truño. En esta categoría se suele colar algún pelo con cierta frecuencia, o suelen ser unos "cracks" en el noble arte del Congelado.

Nivel 4. Bazofia dramática. Lo mas bajo. Asco de comer según que cosas. Raciones lamentables de comida generalmente mediocre o mala. Cosas que harían vomitar a una cabra. No se lo das ni a tu perro. Si hiciste La Mili, seguro que comiste mejor allí. También está en esta categoría el típico sitio con una carta de 7 páginas que no tiene de nada cuando lo pides, y que lo que te traen suele ser una mierda.

Bueno, ya comimos, ahora tocaría pagar. "La Dolorosa" es otro de los temas clave en este negocio, ya que por muy bien que comas y que te traten, como el precio supere la barrera de lo aceptable, te puedes acabar cagando en San Pito Pato.

Así pues, El Fartonómetro define 4 niveles para la cuenta:

Nivel 1. Vaya subidón! Además de comer de lujo y de que me traten mejor que al a Rey en un Puti, me cobran lo que me tenían que cobrar, o más bien tirando a barato. Pagas y dejas una buena propina.

Nivel 2. Precio Justo. No hay más que decir, pagas por lo que comes, aunque suele haber detalles que, aunque no molen, son norma general. Cosas como que te cobren 2 veces pan si pides un bollo más son las cosas que no gustan, o que te claven un poco con el vino. En cualquier caso, no marchas de faje.

Nivel 3. De qué van? Precio caro y pretencioso cuando comiste normalillo o mal. O te clavan el doble de lo normal por un puto vino. Por lo general escuece y te enfadas. Sueles flipar y miras varias veces para ver que no te hayan cobrado de más. No dejas un duro de propina o dejas un céntimo, solo por joder. Sitio del que se dice que son "careros", y al que rara vez volverás.

Nivel 4. No tornarem! Categoría establecida en honor a mi colega Jordi después del incidente en el Llamber. Hostiazo de nivel, en un sitio en el que comiste normalillo o mal de cojones. Directamente se ríen de ti en la minuta. Puede pasar de todo, desde que llames al encargado, te niegues a pagar, o acabes a hostias. No vuelves ni de coña.

Pues ya están las cuatro variables. Ahora toca combinarlas, que es lo jodido. En primer lugar, la puntuación. Los diferentes niveles atribuyen puntos de la siguiente manera:


Es decir, que como un garito alcance el Nivel 4 de cualquiera de las categorías, quedará relegado, como mínimo a la mierda de los cero puntos, por no decir que, en sitios donde hay al menos un Nivel 4, suele haber alguno más.

Pero que quieren decir los puntos? De nada vale dar un valor numérico a algo si no damos un baremo, escala o cualquier otro rollo comparativo. Así pues asignaremos una barra de nivel, algo mas simple que el mecanismo de un chupete.


Como hemos dicho, muy sencillo. Cuando un sitio recibe una puntuación mayor de cero hasta un total de 8 puntos, nos moveremos en un rango aceptable. Caro, barato, exquisito, batalla, pulcro, desordenado. Habrá para todos los gustos pero en total, no habrá que cagarse en todo. Se puede decir que, El Fartón podría volver.

En el caso de tener cero puntos habría que hacer un pensamiento. Tienes que tener una razón de peso para entrar ahí, o ser un marrano sin clase. Eso va a gusto del consumidor. Pero un restaurante que no recibe ningún punto del Fartonómetro... Mal asunto. Por lo tanto reconsidera tu opción, y si eres listo, huirás.

En zona negativa y hasta los 6 puntos, ya nos movemos en la tierra maldita. Habrá faje asegurado. No vayas o te arrepentirás. Y bueno, 6 puntos negativos o menos, es ya el Mordor de la gastronomía, sitios tan paradójicos que te pueden causar diarrea con su comida para que se te vaya la vida por el culo, pero cuyas letrinas dan más asco que una Paella del Paellador. Si el fartón vuelve a este lugar será con una lata de gasolina y un mechero como mínimo.

Pues ahora habrá que ver si todo lo que he escrito tiene sentido y se puede aplicar, o es otra mis mierdas. Así pues, haré la demostración sobre tres de los sitios que ya han sido publicado en este blog, El Sangiovese, El Rokelin y El Llamber, una de las ultimas farturas.

Empecemos con El Sangiovese. El que no se acuerde de lo que iba, que se joda y que lo vuelva a leer. Bueno, de este sitio hay poco que decir, es difícil que algo vaya mal. En lo que se refiere al local, es algo impecable, es precisamente el concepto sobre el que he basado el Nivel "Lujo Hindú", un sitio prácticamente perfecto. En lo que se refiere al servicio, podemos decir que en la misma linea, Nivel "Que majos tu!", eficientes, profesionales, educados y limpios. La comida? Pues Nivel "Orgasmo". Se trata de alta cocina, elaborada con ingredientes de primera calidad y con una elaboración que esta al nivel una o varias estrellas Michelin. Y en lo que se refiere al precio, es donde yo no lo tendría claro. Ya que normalmente es un sitio un tanto caro, sin embargo desde hace un par de años tienen menús de temporada a precios excelentes, así pues para ser justos tengo que darles el Nivel "Vaya subidón". Resultado?


Pues eso, era de esperar.

Vayamos con El Rokelin. Lectura recomendada si no quieres que te pase lo que me paso a mi. En cualquier caso, que se podría decir del local? Bueno pues yo he comido en barracones con más clase y mejor olor, es por lo tanto uno de esos locales de Nivel "Asco Absoluto", donde la mierda es la señal de identidad de la casa, y esto último también es aplicable al servicio. La camarera gilipollas lo dejó claro con su olor a sobaco y los cubiertos con servilleta y chicle usado. Así pues, siendo generoso, el Fartonómetro le da esta gentuza el Nivel "Su Puta madre", la de todos. Y que decir de esa comida. Aquella deliciosa pitanza no llegaba al nivel excremento, pero daba un poco de asquete, no obstante, para que nadie me acuse de estar dominado por el odio, les daré un Nivel "Bah" a la comida, que ya de por si es bastante malo. Y por último el precio. No recuerdo que fuera caro, pero si recuerdo que en aquel sitio uno debería de cobrar por ir a comer. Por lo tanto, aunque me gustaría darles el nivel mas chungo hay que ser justos y les daré el Nivel "De que van?", ya que encaja muy bien en muchas de las reacciones que tuvimos con aquella banda de Piratas y de Hijos de la Gran Puta.

Pues eso, LoL. Va a costar encontrar otro sitio que despierte tanto asco y tanta aversión.

Y por último, una experiencia intermedia, es decir, la mayoría de los casos. El Llamber. En estos casos es donde cuesta encontrar el término medio. Son tantos los factores que hay que ser muy fino. Para empezar, el sitio. Claramente no el "Lujo Hindú", pero estaba muy muy bien, además tener una situación envidiable, por lo tanto se lleva un Nivel "Huele a limpio", y que si se esfuerzan un poco podría ser mejorable hasta al siguiente nivel. El servicio en este sitio tiene que mejorar levemente, por lo tanto diremos que su nivel es que "Se les perdona". La comida es bastante buena, pero sin llegar a que te flipe, así pues otro Nivel 2, es decir nivel "No está mal" es el nivel adecuado. Aunque firmemente creo que si afinan un poco y se dejan de paranoias, pueden llegar al siguiente nivel en un tiempo. Y por último en precio. En este sitio hubo por momentos la sensación de robo, y bien podría haber sido el gran "No Tornarem". Pero no, todo fue debido a una falta de riego sanguíneo. En realidad el precio fue correcto, así pues "Precio Justo".


Así pues sitio medio, en el lugar que le corresponde. Y que nadie se equivoque, esto no es Trip Advisor, una puntuación de 4 en el Fartonómetro es una buena puntuación.

Pues eso, ya cumplí por esta semana. Hasta la siguiente!

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